Generalmente casi todos los hombres tienen serios problemas a
la hora de entablar conversación con una desconocida en un lugar público con el
claro y sano objetivo de proceder al acto de la cópula. El objetivo de estas
lineas es ayudar al vulgo a superar esta barrera que en muchas ocasiones llega a
parecer insalvable.
Un factor determinante es la localización tanto geográfica
como temporal. No es lo mismo hablar en el supermercado a las 12 de la mañana
con una señorita en chandal, medio dormida que bajaba a hacer la compra, que a
las 5 de la tarde en el gimnasio con una joven con mallas ajustadas, sudorosa,
la ropa pegada al cuerpo, el pelo cayendo sensualmente sobre sus hombros
mientras hace estiramientos en posturas en las que podría... errrr... me estoy
yendo del tema... estooo... que no es lo mismo que a las 2 de la mañana con una
calientapollas borracha y drogada ataviada con menos de 50 gramos de ropa en un
bar lleno de pervertidos sexuales deseando hacer con ella todas esas cosas que
ahora estarás tú pensando.
Nosotros nos centraremos en uno de los casos más comunes, que
es hablar con una joven de apariencia normal no demasiado ebria a una hora
decente de la noche.
Mil veces hemos oido lo de que ante todo debemos comportarnos con naturalidad,
sin fingir ser algo que no somos, así que plantearemos este pequeño escrito de
forma que coincida con la mentalidad de la amplia mayoría de la población
masculina.
La primera fase es la fase visual. Ante todo debemos tener claro si estamos
interesados en la víctima, para lo que procederemos a mirar secuencialmente su
culo y sus tetas unas cuantas veces. Si la joven a la que miramos resulta estar
buenísima, no os importe repetir el proceso hasta la saciedad, al fin y al cabo,
todos sabemos que al final no pillaremos ni un resfriado, así al menos nos la
habremos aprendido de memoria y luego podremos hacernos unas pajillas o algo.
Es importante recordar actuar con naturalidad incluso durante la fase del
contacto visual. No te cortes a la hora de babear, tocarte la entrepierna para
comprobar como de dura la tienes, gritar a tus amigos mientras la señalas con el
dedo, y todo ese tipo de cosas que marcan tu caracter. Ella apreciará que seas
un tipo natural y se sentirá atraida por ello. Tras la fase de observación, no
queda más remedio que mirarla a la cara. No desesperes si descubres que es fea,
hay muchas soluciones al respecto. Dadas las fechas, optaremos por el recurso de
llevar una careta de spiderman siempre en el bolsillo, y a la hora de la verdad,
diremos que somos fans fetichistas de dicho superheroe, le pediremos que se
ponga la careta, y todo arreglado. Del mismo modo se puede justificar un saco de
patatas argumentando nuestra inusitada pasión por la agricultura, una bolsa del
supermercado diciendo que somos compradores compulsivos, etc. Si vais a utilizar
a tal fin algún medio no transpirable, como la citada bolsa de plástico,
recordad correros todo lo rápido posible para terminar antes de que ella se
ahogue, se muera y se quede fria. Aunque cierto es que eso va en gustos, así que
cada cual con su estilo. Bien, no me desviaré más del tema.
Continuemos en la suposición de que la chica no es especialmente fea, posee una
fealdad entrañable (algo así como Yoda, Pozí o el Cuñao) o su fealdad no llega
al punto de hacerla visualmente desagradable. Ahora es cuando tenemos que
acercarnos, dado que no está socialmente bien visto preguntarle su nombre a
gritos desde la otra punta del bar. El acercamiento se puede hacer de varias
formas. Se puede hacer a lo Terminator, caminas hacia ella en linea recta, con
zancadas firmes y apartando la gente a empujones. Acojona un poco, pero también
impresiona bastante, si nadie te parte la cara en el trayecto. La segunda forma
es a lo Estrangis. Te haces el sueco, miras a Cuenca, caminas despistadamente
deambulando por el bar, incluso puedes fingir bailar (aunque no tengas ni
puñetera idea, al fin y al cabo, ¿hay algún hombre que sepa bailar aparte de
John Travolta y Joaquín Cortés? A ella no le resultará nuevo el hecho de que tu
imitación de baile parezca más bien un ataque epiléptico o los estertores de un
cólico nefrítico), y tras dar algún rodeo, llegas hasta ella, como por
casualidad. La tercera táctica es el estilo Ninja. Cuando ella no mire,
desapareces entre las sombras, y cuando menos lo espere, apareces por la espalda
y le das un susto de tres pares de cojones. A las mujeres les encantan las
sorpresas, y con un poco de suerte no tendrá una parada cardiorespiratoria
cuando aparezcas tras ella por sorpresa.
Y ahora viene una de las partes más importantes: la toma de contacto. Hay
cientos de formas de llevarla a cabo, de modo que sugeriremos unas cuantas. La
idea principal es dar una buena imagen o incluso impresionarla.
Podemos elegir entre una de estas formas o incluso idear alguna nueva:
-Procedemos a derramar nuestra bebida sobre su escote. Si no llevas bebida,
puedes regurgitar la que hayas bebido anteriormente. Sea como sea, que parezca
casual. Tras esto, ofrecete amablemente a limpiarla, o a llevarla a tu
apartamento para que se quite la ropa húmeda, no vaya a coger un resfriado.
-Intentaremos impresionarla con nuestros reflejos: tócale el culo, las tetas o
la entrepierna, y prepárate para esquivar el hostión. Despues de hacerlo,
comenta que tu pericia esquivando golpes deriva de que eres boxeador, artista
marcial, árbitro de futbol, o que símplemente eres un cerdo y haces eso cada
noche.
-Intentaremos impresionarla con nuestra resistencia al dolor: tócale el culo,
las tetas o la entrepierna, tápate bien los huevos (porque como te de ahí, ni
resistencia al dolor ni pamplinas) y prepárate para recibir la bofetada sin que
te salte un ojo. Esta táctica puede ser empleada si fallamos con la anterior o
si vamos tan ciegos que estamos seguros de que no podríamos esquivar ni a
Supermán intentando atropellarnos con la silla de ruedas. Tras recibir el
impacto, comenta que tu habilidad encajando golpes deriva de que eres fan de
Tamara, inspector de Hacienda, recolector de percebes, o que eres un cerdo como
antes y haces eso habitualmente. En caso de que te tumbe de la hostia, hazte el
muerto para ver si se apiada y te hace el boca a boca, o símplemente huye, no
sea que quiera darte más.
-Hablaremos con ella, lo cual es sustancialmente más aburrido pero también menos
arriesgado. Ante todo, recuerda mostrarte natural, dinámico, atento y sincero.
Para ejemplificar esto, pondremos varios ejemplos de conversaciones típicas
comentadas para su mejor comprensión y análisis de la estrategia.
Ejemplo 1: Hombre Bebido Vs Mujer Gorda.
Estrategia a seguir: Demostración de Sinceridad.
HB: errr... esteeee... Hola gordita. (importante acompañarlo de una buena
sonrisa, para así demostrar de entrada nuestra sinceridad, así como el hecho de
que no nos importa lo gorda que pueda estar ella).
MG: Hola.
HB: ¿Vienes mucho por aquí? (malo será que no recuerdes esta frase por muy ciego
que vayas) (otra cosa es que puedas pronunciarla adecuadamente)
MG: Pues... no, no mucho.
HB: Sí, me imaginaba, creo que te habría visto. (si lo interpreta de forma
positiva, se lo tomará como un piropo, al entender que te habrías fijado
anteriormente en ella si hubieseis coincidido más veces, y si lo interpreta de
la otra forma, admirará tu sentido del humor y falta de prejuicios)
MG: errr... estoo... sí.
(entramos en la fase de los piropos, es importante ser siempre sutil a la par
que imaginativo)
HB: Pues me ha parecido muy sexy tu forma de bailar, es increible que puedas
moverte así con lo que pesas. (a todas las mujeres les gusta que halaguen su
forma de bailar o de moverse)
MG: Huy... gracias...
HB: Además para estar así de gorda sudas muy poco. (le hará sentirse segura de
su desodorante)
MG: Sí, es el sanex este dermoprotector de la transpiracion blablabla (¿ves?)
(ahora entramos en la fase en la que tenemos que echarnos algo de flores para
llamar su atención, intentando resultar discreto y original)
HB: Bueno, y supongo que dado tu volumen corporal, no tendrás prejuicios contra
las cosas grandes, ¿verdad?
MG: Pues... no... supongo que no...
HB: ...Como el Empire State Building...
MG: ...Claro...
HB: ...O la Torre Eiffel...
MG: ...Aha...
HB: ...El Titanic...
MG: ...Sí...
HB: ...Mi pene...
MG: ...¿Sí? ¿Tienes un pene grande? (¡aquí es a donde queríamos llegar!)
HB: Claro, enorme, de hecho a veces es una molestia, a las chicas pequeñitas les
hace daño o incluso las revienta, por eso me gustan grandes, como tú. (de este
modo le recuerdas lo gorda que está y ayudas a que se sienta orgullosa de ello)
MG: Oh, me halagas...
HB: No, te lo digo de corazón (amplia sonrisa de nuevo)
MG: Gracias
HB: ¿Quieres venir a mi apartamento y juzgar por tí misma? (o al parque, al
servicio, al coche, donde puedas)
MG: Claro, será un placer.
Y ya está todo hecho. Aunque tu pene sea mediocre o incluso ridículo, apáñate
para que ella se desnude y se ponga cachonda primero, así cuando te la saques,
aunque se decepcione, ya no podrá echarse atrás y te la follarás de todas
formas.
Ejemplo 2: Hombre en Celo Vs Tia Buenísima
Estrategia a seguir: peloteo
HC: Hola, preciosa. (arrás, empezando fuerte)
TB: Hola.
HC: Hay que ver que buena estás, hijaputa. (y manteniendo el ritmo)
TB: Gracias.
HC: Estaba pensando que creo que nunca he visto una tia tan maciza como tú por
este sitio...
TB: Huy, que majo...
HC: ...Con esas pedazo de tetas...
TB: Jeje
HC: ...Ese culo espectacular...
TB: Sí, eso dicen... (nótese que todas las tias buenas se lo tienen bastante
creido, pero siempre necesitan más coba para sugestionarse y nutrir su triste
ego, que siempre está a la baja porque saben que lo que la naturaleza les dió de
cuello para abajo se lo privó en la azotea) (nadie es perfecto)
HC: Ciertamente, me estás poniendo muy berraco.
TB: ¿Sí? (tambien les gusta la idea de excitar a los individuos del sexo
opuesto, lo cual usaremos a nuestro favor)
HC: Claro, de hecho deberias apartarte un poco por si salta el botón de la
bragueta y te saca uno de esos preciosos ojazos que tienes. (de esta forma
demostramos que somos atentos y cuidamos además por su salud, aparte de que,
como siempre, insinuamos tener una dotación genital fuera de lo común)
TB: Huy, vaya, eso suena peligroso.
HC: Sí, tal vez debamos ir a un sitio en el que puedas desabrocharme el pantalón
para así no correr peligro.
TB: Sí, tal vez
HC: ¿Qué te parecería ir a mi apartamento? (o al parque, servicio, etc etc)
TB: Guay, vamos rápido antes de que hieras a alguien.
Una vez más, nos hemos salido con la nuestra.
Ejemplo 3: Hombre Sin Escrúpulos Vs Mujer Facil
Estrategia a seguir: yoatakoyaaaa!!!
(Nota previa: se entiende por mujer facil a cualquier tia que vaya
explícitamente provocando, que vista con menos de 100 gramos de ropa, se
encuentre en un claro estado de embriaguez, o cuyos hábitos sexuales al respecto
ya sean famosos)
HSE: Hola nena (esto ya le da a la conversación aire de peli porno desde el
principio, así ahorramos tiempo a la hora de precipitar los acontecimientos)
MF: Hola
HSE: ¿Qué tal? Se te ve muy sola... (para por si resulta que ya tiene compañía,
de esta forma tanteamos el terreno)
MF: Ya ves... (chachi, pues estará sola de verdad)
HSE: Oye, ¿te importaría si... (creando tensión sexual, acercamiento peligroso y
tal)
MF: ¿Sí? (bien, se muestra receptiva)
HSE: ...Te la clavo tan adentro que se te salgan las bolas de los ojos?
MF: Suena interesante
HSE: Pues vámonos a mi apartamento. (lo que sea, ya sabes)
Y con esto damos por concluida esta pequeña lección. En posteriores entregas
analizaremos tanto las estrategias posibles en distintos medios como la
estategia a seguir una vez hayamos logrado nuestro objetivo, es decir, cómo
conseguir que nos haga todo lo que queremos ofreciendo lo mínimo a cambio, y
cómo largarla después de forma sutil pero eficaz.
Suerte en vuestras prácticas.