Quizás penseis que el día de San Valentín se celebra desde hace poco tiempo y
que ha surgido por interés de los grandes centros comerciales, y aunque hay
que decir que éstos últimos han influido en gran medida en su implantación la
realidad es que esta fiesta se remonta a la época del Imperio Romano. ¿Quereis
saber más? pues ahí va la historia.
Existe la palabra latina valere que
significa 'ser fuerte' y de ella surgen las palabras valiente y valor u otras
como valioso o válido. Aunque hoy en día ya no se haga los romanos tenian la
costumbre de dar a sus hijos nombres relacionados con el tipo de carácter o de
virtud que esperaban encontrar o inculcar en ellos. De ahí que usaran nombres
como Valens o Valente que significa 'fuerza' que por ironías de la historia
fue muy popular en los últimos dias del Imperio, cuando Roma era débil. Es
como si usaran nombres entusiastas para esconder una realidad catastrófica.
Pues hubo un emperador romano llamado Valente, quien gobernó desde el 364
d.C. hasta el 378, pero su nombre no es que tuviera mucho que ver con lo que
era. Luchó contra los godos en la batalla de Adrianópolis el 9 de agosto del
año 378 y sus legiones sufrieron una derrota aplastante. Más bien se le podria
haber llamado 'imprudente' pues en vez de aguardar a su sobrino Graciano que
bajara del Norte para triturar al enemigo en una tenaza decidió atacar solo y
acabaron con su ejercito. Él mismo, herido, fue quemado vivo en la cabaña
donde le habían resguardado, aunque se supone que se quitó la vida antes.
Pero volviendo al tema que nos incumbe, por supuesto también usaban
diminutivos en los nombres, es como cuando ahora usamos Alfonsín en vez de
Alfonso, y de ahí que no fuera de extrañar encontrarnos nombres como
Valentiniano, que significa 'pequeño Valente' o 'pequeño fuerte'. Pues ocurrió
que el emperador Valente tenía un hermano mayor que se llamaba Valentiniano.
Si, el hermano tenia el mismo nombre pero en diminutivo pero eso entre los
romanos no era raro, de hecho el emperador Constantino tuvo tres hijos y los
llamó Constantino, Constancio y Constante, gracioso, ¿eh?.
Mientras Valente gobernaba las provincias Orientales del Imperio con
capital en Constantinopla, Valentiniano gobernaba las provincias Occidentales
con capital en Milán (en aquella época la gran Urbe, Roma, apenas contaba).
Pero todo esto lo contaré otro día.
En esa época eran constantes y periódicas las persecuciones de los
cristianos y la Iglesia cristiana siempre ha recordado a sus mártires y a
menudo les ha recompensado con el título de Santo, y los días en que eran
ejecutados eran declarados sagrados en su memoria. Ahora por ejemplo cada día
del año tiene sus mártires o santos correspondientes. Por supuesto en ese
tiempo muchos cristianos (incluidos los mártires) eran de descendencia romana
y tenían nombres romanos. Al menos dos de estos mártires se llamaban
Valentinus (Valentín para nosotros) y el día en que se conmemoraba su memoria
era el 14 de Febrero, que se recuerda por lo tanto como el día de San
Valentín.
¿Y qué tienen que ver estos mártires con los enamorados? Esperad, esperad..
no os adelanteis :)
En la antigüedad, la mortalidad infantil era bastante elevada de modo que
era importante tener muchos hijos. Por lo tanto, las personas que, por
cualquier razón, tenían pocos hijos o ninguno se consideraban a sí mismas como
malditas o bajo alguna maldición y se sometían a ritos religiosos o místicos
para asegurarse la fertilidad. Los romanos tenían un lugar sagrado donde
(según la leyenda) la loba había amamantado a Rómulo y Remo, el prímero de los
cuales fundó Roma. Ese lugar era llamado el Lupercal, de la palabra latina
lupus, que significa 'lobo'.
En ese lugar, todos los 15 de Febrero tenía lugar una celebración llamada
Lupercalia, durante la cual se sacrificaban animales (eran muy típicos los
sacrificios, de cualquier cosa). Se preparaban correas con tiras
ensangrentadas de la piel del animal (puajj) y los sacerdotes corrían entre la
multitud golpeandola con esas correas. Se creía que los que recibían golpes se
curaban de la estirilidad. Naturalmente, la gente que quería hijos concurría
en masa a la celebración y luego iban corriendo a casa a 'trajinar' para tener
el hijo. En consecuencia, las festividades lupercalianas estaban asociadas con
el amor y el sexo.
En el año 494, el papa Gelasio prohibió esta celebración pagana, pero las
prohibiciones nunca salen como uno quiere, y el festival continuó bajo otro
nombre. Así que el festival lupercaliano del 15 de Febrero pasó al 14 de
Febrero, día de San Valentín (seguramente porque éste era un santo muy
popular). Más tarde se crearon leyendas para explicar que San Valentín era
protector de los enamorados, una manera de esconder el rito antiguo de la
fertilidad.
Y ha llegado hasta nuestros días... aunque ahora no nos dedicamos a que nos
azoten con tiras de animales ensangrentadas, estamos en la época del
consumismo y es más rentable para las grandes empresas que gastemos el dinero
en felicitaciones, pulseras, anillos o cualquier otro objeto :)